El perro de Alcibíades Clinias Escambónidas

Alcibíades Clinias Escambónidas, en adelante Alcibíades, fue un político, orador y estratega griego del siglo V antes de un tal Cristo. Seguramente fue un hombre muy complejo, familiar de Pericles y discípulo de Sócrates.
Por lo visto, en él se reunían grandes virtudes y, como no, defectos, dicen, que Alcibiades era un gran despilfarrador y de conducta un tanto criticable, no lo se, yo no estaba allí.
Por lo visto era la diana de muchos comentarios, casi todos malos.... vamos, como ahora, que no se aupan las virtudes de los demás que nos hacen sentirnos inferiores, sino sus defectos que nos elevan como personas dignas, y eso hace que nuestra visión de la sociedad sea mala, porque los buenos actos, las buenas personas y las buenas conductas no tienen reconocimiento publico,  nada nuevo desde Grecia hasta ahora.

A lo que vamos, Alcibiades poseía un hermoso perro, un animal que era conocido en toda Atenas; un día decidió cortarle el rabo al animal. Este hecho se puso en boca de toda la Atenas bien, algunos diciendo que si era una salvajada, otros que el perro había quedado favorecido, aquellos que si Alcibiades tenía derecho a hacerlo porque era su perro y los de más allá pregonando que ser dueño del perro no da legitimidad a eso...

Se cuenta que, a preguntas de un amigo íntimo sobre el porqué de esa conducta, Alcibiades le contestó que mientras hablasen de si debiese o no cortar el rabo, si tenía derecho a hacerlo o no y de cómo había quedado el perro, no hablaban de otros temas más importantes, el perro de Alcibíades fue el centro político de Atenas.

Más tarde Augusto y otros llevaron esto al famoso panem et circenses, que no por ser recordado, estudiado y analizado ha dejado de ser menos efectivo, y es que las personas somos como somos, no como queremos ser, tan solo nos queda, no rendirnos e intentar marcar nuestras objetivos lo más claros posibles e intentar no desviarnos de los mismos.

Como las personas, los países son igual, tienen que tener objetivos, rumbos, marcarse los caminos, ¿que tipo de sociedad a largo plazo queremos ser?, ¿qué tipo de energía queremos utilizar para mover esta sociedad?, ¿como pagaremos las pensiones en una sociedad que envejece ?, ¿cómo mantendremos la Sanidad Pública?, ¿debemos destruir en nombre del crecimiento el mundo actual?, en definitiva, como queremos evolucionar en una sociedad que envejece magnis itineribus, en una sociedad que va hacia la automatización y la robotización, que son las preguntas del millón y que no veo hacerse a nadie...

Los perros de Alcibíades son los Master de una, los ERE de Andalucía, los ordenadores destruidos, el independentismo anacrónico y supremacista, si somos monarquía o república (como si algún sistema de estos perse garantizase nada) y algunas cosas más, estos casos que son piedras en el camino que deberíamos apartar con facilidad, en realidad, se convierten más allá de su peso intrínseco, (que mirando de forma aséptica es más bien poco o nada), en una fuerza que nos hace cambiar el rumbo o perderle, que nos hacen modificar nuestra dirección y perder ingentes cantidades de tiempo, esfuerzos y talento, por no hablar de divisiones sociales basadas en el "y tu más..".

La corrupcion debe ser perseguida, juzgada y si es necesario condenada, pero no debe ser, no puede ser que cambie el destino de las personas, que nos haga perder el rumbo, bajar la vista y sobre todo no debe ser el perro de Alcibíades que se lanzan unos contra otros en sus conductas cortoplacistas, mientras olvidan lo importante, con nuestros sonoros aplausos como musica de acompañamiento.

Y no nos confundamos, no defiendo la impunidad, ni el perdón de conductas imperdonables, tan solo digo, que tenemos los medios para perseguirlos, y si no lo hacen bien sustituirlos por otros, y sobre todo seguir nuestro camino, no utilizar esto como conversación dia si y dia tambien. Los que hemos tenido moto y nos gusta conducir, sabemos que si fijamos la vista en el árbol, chocaremos con él, y eso no significa que mirar hacia la trazada correcta sea ignorar el árbol, sino todo lo contrario, es la demostración que sabemos por dónde debemos ir, de que sabemos que destino tenemos más allá de la mitad de la curva que es donde está el árbol...

Y tan importante es denunciar las carencias, como realzar las virtudes, las buenas personas y las buenas conductas, es decir, pensar en positivo...Por lo menos, eso creo yo...



Que Fortuna nos propicie visión y trayectoria.