No hace mucho tiempo cientos de familias indígenas fueron contratadas como mano de obra para recolectar caña de azúcar para el terrateniente Robustiano Patrón Costas.
Llegada la hora de cobrar la primera paga al terrateniente se le olvido lo pactado y de pagar los 6 pesos prometidos pago 2,5 pesos. Los indígenas contratados, gente con memoria, irascible como ustedes comprenderán, se enfadaron y le dijeron básicamente que así no trabajaban.
El terrateniente despidió a todos los contratados, estos sin alimentos, sin casa y sin medios de ganarse la vida a cientos de kms de sus hogares emprendieron una nueva emigración hasta un pueblo llamado Las Lomitas.
Y allí se asentaron unas 4.000 personas (algunos dicen 1.000 y otros 8.000) en un paraje llamado Rincón Bomba, al lado de Las Lomitas, que era una población donde estaba asentado un destacamento militar.
Al principio la coexistencia fue buena, pero a medida que esta se prolonga en el tiempo los problemas aparecen:
"Todas las tardes la gente cantaba, bailaba, y tocaba los tambores hasta la madrugada, y la música que emana de La Bomba podía oírse desde muy lejos. La vida de Las Lomitas se trastocó con el alboroto de familias desconocidas que se movían por el pueblo, con los niños cazando ranas en el madrejón y las jaurías escuálidas circulando en busca de comida."
"No había escuelas y las criaturas andaban por el pueblo pidiendo comida. En el pueblo se cansaron de ellos… La gente del pueblo ya estaba cansada del ruido y se preguntaba: ¿Por qué se juntaron tanto si no hay nada que les pueda interesar? Y mi gente cantaba toda la tarde hasta las doce de la noche… no sé hasta qué hora. Entonces los del pueblo buscaron que hacer con mi gente."
Entonces apareció el miedo, entre los pobladores del asentamiento militar se corrió el rumor de que se preveía un ataque de los indígenas hacia la población y se pidió ayuda al ejercito.
El ejercito colocó cuatro ametralladoras rodeando el enclave y el 10 de Octubre atacaron a los indígenas desarmados y desprotegidos.
En tales instantes se escucharon descargas cerradas de disparos de fusil ametralladora, carabinas y pistolas, origen de un intenso tiroteo del que el Cte. Fernández Castellanos ordenó un alto de fuego, pensando procedía de sus dos ametralladoras, lo que no fue así: el segundo comandante José M. Aliaga Pueyrredón, sin que nadie lo supiera, hizo desplegar varias ametralladoras en diferentes lugares del otro lado del madrejón, o sea unos 200 metros de nuestra posición y en medio del monte...
Como a las 6 o 7 de la tarde vinieron los milicos hasta donde estábamos y comenzaron a disparar ¡pobre gente! Cuando empezaron los tiros caían niños, caían mujeres,… caían ancianos. A una mujer la balearon acá, a un hombre acá en la rodilla, todos gritaban, las mujeres, los niños… Pasó el primer tiroteo, el segundo, y en el tercero sentí miedo. Todos los que estaban ahí quedaron baleados… de ahí yo podía ver como morían los chicos, y a una mujer que cargaba su yica vi como la balearon en la nuca.… vi morir mucha gente ahí pero yo estaba tranquilo, no lloraba.
En los días siguientes, los Pilagá fueron rodeados y fusilados en Campo del Cielo, en Pozo del Tigre y en otros lugares. Luego, los gendarmes apilaron y quemaron sus cadáveres. Según los abogados Díaz y García, fueron asesinados entre 400 a 500 pilagá. A esto hay que sumarle los heridos, los más de 200 desaparecidos, los niños no encontrados y los 50 intoxicados. En total, en aquellos tristes días murieron más de 750 pilagá.
Fueron cinco días de matanza, los supervivientes del genocidio fueron conducidos a campos de trabajo donde soportaron regímenes de esclavitud.
Estos hechos no ocurrieron en el siglo XVI, antiguamente, cuando la visión de la Humanidad y del mundo no conocía la Ilustración, La Enciclopedia o los Derechos Humanos., no, estos hechos ocurrieron en 1.947 en Argentina bajo el mandato del presidente Juan Domingo Perón.
Perón ocultó los hechos, no pidió responsabilidades a nadie, no tomo ninguna acción. Hechos terribles ocurridos no en tiempo de guerra o de conflicto, sino una masacre en tiempos de paz, lo que la hace más cruel todavía y no en un momento puntual de confusión, sino durante cinco días de muerte.
No eran aventureros del siglo XVI, gentes sin estado, sin ley, sin orden en una tierra lejana y desconocida, sin comunicaciones, sin apoyos....
No, los ejecutores de la matanza, los que cometieron este asesinato colectivo, fueron un ejercito organizado en un país supuestamente moderno y con un presidente que algunos ponen como ejemplar, en pleno siglo XX, con teléfonos, telégrafos, prensa...
Los responsables del genocidio fueron :
-Juan Domingo Perón (Presidente de Argetina).
-El ministro responsable Ángel Borlenghi,
- Rolando de Hertelendy, gobernador de la zona donde se produjo la masacre, nombrado en el cargo por el presidente Perón.
-Comandante Fernández Castellanos. Alto mando de los ejecutores.
-Carlos Smachetti, el valiente piloto que desde un avión ametralló a hombres, mujeres y niños desarmados. Un campeón aéreo.
Así que cuando el máximo socerdote de la religión católica vaya por el mundo diciendo a la gente que pidamos perdón por cosas que no hemos hecho , que hagamos penitencia por acontecimientos ocurridos hace más de 400 ó 500 años, no se olvide de lo que hicieron en su país en pleno siglo XX cuando él era un tierno infante.
Es notorio destacar que los mayores genocidios contra las poblaciones indígenas se cometieron cuando España se fue de Hispanoamérica. Les guste o no a los actuales dirigentes fue a raíz de la desaparición de España de la región cuando realmente empezó la masacre contra la población indígena, los terratenientes masacraron sin ley y sin control, ahora si, a millones de indígenas.
Hay muchos más hechos como este y declaraciones del Congreso Argentino como estas:
Desde el gobierno de Martín Rodríguez en la provincia de Buenos Aires, década de 1820, se hablaba de exterminio. Él ya decía «primero exterminaremos a los nómades y luego a los sedentarios».
Hay actos criminales como estos y peores en Brasil, Colombia, Venezuela, Méjico y en casi todos los países de la zona, en el siglo XX, no hace cuatro o cinco siglos.
Sin embargo ninguno llego a igualar a los anglosajones, verdaderos criminales que nunca se mezclaron con las poblaciones indígenas, con el agravante que los cometieron en siglos posteriores, cuando si había Derechos del Hombre internacionalmente declarados.
Así que a mi no me digan que tengo que pedir perdón, que se lo digan a sus padres, a sus abuelos o a sus tatarabuelos, que los míos estaban aquí y no hicieron nada, bastante tenían con aguantar a toda una plaga de cortesanos y predicadores con mando en plaza.
Que Fortuna nos propicie información.